martes, 17 de marzo de 2009

Más que eso.

En el camino me arrepiento
y vuelvo a trazar el mismo lugar.
Contradigo mis palabras,
y mis sentimientos, no dejo de contaminar.
Y vuelvo a arrepentirme
y otra vez a caminar,
no reconozco ni mis manos
si no te puedo acariciar.
Soy alguien distinto al vulgar...
Tengo las manos indecisas
y mis pies no paran de temblar.
Veo tus ojos a través del cristal,
que cubre mi cara y la empapa
con puntiagudas preguntas sin razón.
Temo por mis ojos que te lloran
temo por mi frío y orgulloso corazón.
En el camino me equivoco
e intento volver a empezar,
contradigo mis pensamientos,
te necesito para avanzar.
Es que, lo siento, ya no puedo
decirte que te quiero.

-.-.-

No reconozco mis latidos
cuando marchan a un ritmo distinto.
No sé porqué mis rodillas tiemblan
cuando mi corazón va a ese compás,
ese dos por tres que son millones
y mis manos no encuentran lugar
para calmar las caricias
que siguen el ritmo de mis pasos
que se aceleran por la marcha
de los latidos del corazón.

-.-.-

____________________Marian_Abou

domingo, 11 de enero de 2009

Tengo muchas alas...

Tal vez tu espalda esté mañana en mis brazos, y te sientas seguro con mis besos en tus labios...
Tal vez mañana tengas miedo, y vuelvas para atrás... o veas en mis ojos, el brillo que te guardo...

Tal vez mañana te sientas solo, y necesites de mi... sentirías como aceleras mis latidos.
Tal vez nuestras espaldas estén mañana apoyadas, y logremos equilibrio...
Y tal vez... solo tal vez... tus ojos brillen y quieras regalarme una mirada.
Sé que puedo ser tu ternura... podríamos evitar el temor.
Mañana... es un tiempo en el espacio... que ocupa mi cabeza.
Es un tal vez, y un hasta pronto... que ya no es divertido, ni me hace feliz.
Es el deseo de que tus besos, lleguen sin prisa, pero sin calma.
Mañana es la hora donde las horas que hoy paso pensando, pasaré realizando.
Hoy tengo horas conmigo misma, que opacan sentimientos y sonrisas...
Mañana tal vez... haya tenido las suficientes, para poder quererte, queriendome.
Hoy tal vez me regales las sonrisas, que no sonrío y guardo para mañana.
Tal vez mañana tengas deseos, de revivir el hoy que no tenemos...
Y tal vez mañana te des cuenta, de lo que te deseo.
Hoy puedo sufrir con tus distancias... y grabarme a fuego tus caricias...
Puedo ver tus ojos y preguntarme: porqué mañana?

No acelerar el tiempo... acelera de a poco lo que no quiero, y siento.



___________________________Marian_Abú

domingo, 28 de diciembre de 2008

Ser roca y no rodar...



Sentir una noche sin luna en la piel...

Sentir la brisa de la madrugada en el vientre...

Sentir los dedos misteriosos de la tarde en el pecho.

Sentir los besos de las hojas en los labios... en el cuello.

Sentir el frio del hierro en la espalda... y el calor del sol en la frente.

Sentir sus ojos cerrados para nada... tal vez demasiado sol.

Tal vez demasiadas estrellas.

No tengo miedo... les regalo mis pensamientos.

Mi temor es no sentir calor.
Mi temor... es no cerrar los ojos para sentir... la brisa... los dedos...los labios...
Mi temor es que el dolor le gane a mi corazón.
Tener un corazón... rígido... que por no querer más desiluciones, no quiera tampoco iluciones...
Que por no soportar rechazo... no sienta atracción...
Que... no quiera querer... lo que luego deja de ser lo que quería...
Mi temor es llorar por mi corazón... y que mi corazón ya no lo sienta.
Pero es que, hasta las rocas sufren heridas...
Mi temor es tener un corazón débil, que nadie note.

Mi temor es ser roca.... y no rodar.



_________________________M.A.A.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Dormías, y yo soñaba...


Te vi dormir a mi lado, sin haber sido yo, la que produciera tu cansancio... deseando agotar todas tus fuerzas esa misma noche.
Te vi dormir a mi lado, tirado en una cama improvisada... deseando que todos desaparezcan, y sacarte ese aliento guardado. Que tanto reprimimos.
Te vi dormirte mientras acariciaba tu mano, y una guitarra con una voz amiga se escuchaba cerca nuestro... deseando que desapareciera su presencia, pero quedara su música... buscando en un rincón de mi corazón, esa paciencia que necesito hasta que llegue el momento.
Te vi dormir anoche, con una paz que yo hubiera necesitado... deseando que estuvieras despierto y me vieras dormir a mí, soñando con tu boca tranquila, y tus ojos despreocupados.
Te vi dormir anoche, y sentí que cuidaba tu sueño... deseando que no despertaras, y que no tuvieras que irte.
Te vi dormir a mi lado, aunque no conmigo. Te fui llenando de ternura mientras soñabas.


Te vi dormir en el suelo, buscando algo que no cayó... deseando estar en tu propia cama, y yo lo mismo que vos.
Te vi durmiendo y tus dedos, tal vez se movieron aunque imperceptibles... deseando estuvieran en mi cuerpo, pero te estabas yendo.
Te vi durmiendo y no sé, porqué yo no podía dormirme... deseando que desaparecieras, o que llegaras para no irte.
Te vi durmiendo en tu cama, aunque ya no podía verte... deseando que el libro que me acompaña, no tuviera que acompañarme.


...Te vi durmiendo.... y tu sueño, se robó mi sueño.
...Te vi durmiendo y no sé, cuando podré hacerte dormir. O acariciarte, y soñar despiertos...
___________________________________Marian_Abú

lunes, 1 de diciembre de 2008

Pura Pasión.


Agitadas alas
despliegan su vuelo.
revolotean alborotadas
por una habitación sin techo,
sin paredes
sin cama.


Dos, cuatro alas.
Dos y dos alas.
Dos pares de alas.


Pies que se buscan
en eterno deseo
paredes que se levantan
una, dos, tres,
cuatro paredes.
No hay techo.


Paisaje infinito:
montañas a lo lejos.
Y más cerca:
labios.
Manos.
Piernas.


Suspiro al oído
alas que se abren y cierran.
Alboroto que se hace calma
respiración agitada.


Manos que escalan
lentitud intensa,
pálpito interminable,
piernas.


Luces a lo alto,
piedras...
no hay lugar para dos alas,
cuatro alas.
Todo tiempo es el debido.



_________________Marian_Abú.

lunes, 30 de junio de 2008

Porque resulta que hoy recordé.


Por esta noche rescataré mi estilográfica del último cajón de la mesita de noche, para escribir con tinta lo que bien podría escribir con la sangre que mana hoy por mis lagrimales. Mis ojos lloran en rojo la pena que les produce saber que donde hubo ya no queda y donde estaban ya no esperan. Y rellenaré páginas y páginas con palabras que resuenan en mi interior, ahora que ya he aprendido a escuchar los alaridos provocados por el juego triste y sucio al que te sometes día tras día. Y puede que sean estas las últimas palabras que lleven tu eco, o puede que no -si algo he aprendido contigo, que no de ti, es a no creer ciegamente en nada-, pero al menos te aseguro que en ellas va la alegría manchada de desilusión, al ver cómo destrozas tu vida por el miedo a la verdad. Y llora ahora todo lo que yo ya hice mientras tú te divertías barajando las cartas del destino de la gente, como quien manipula sus muñecos de trapo y decide cómo usarlos y aprovecharse de ellos. Qué enfermizo es el amor y qué previsible tu desdicha. Tomar de aquí y de allá sin permiso, reír hoy para llorar mañana, disfrazar la verdad en tu mundo de apariencias. Hoy he sentido pena hacia ti y no por ti. Hoy mis ojos se desprendieron de la fina gasa que tu palabrería y melodrama habían logrado fabricar, y al fin descubrieron la realidad sin la mediación de un sentimiento enfermo. Un día quisiera ir con un alfiler a escondidas tras de ti, para pinchar con su afilada punta la burbuja de jabón dulce con la que te envuelves cada mañana para no probar la amargura de la realidad. Porque la amargura existe, pese a tu desconocimiento, e incluso gente como tú es la que tinta de amarillo bilis lo que otros veían blanco y puro. Puede que esta sea la primera noche en que no estoy triste por mí y paradójicamente lo estoy por quien provocaba esa misma tristeza. Y me paro a pensar en los días junto a ti y en cuánto de verdad y cuánto de mentira había en tus palabras, en tus caricias, en tus besos de labios manchados. Y grito y callo y río y tiemblo y respiro y siento. Siento que tu mundo de apariencia y falsedad se destruya por momentos, pero más siento todavía que por ese mismo mundo de apariencia y falsedad, nunca logres saborear los placeres absolutos de la vida y la amistad. Sólo el día en que reviente tu burbuja y te quites la máscara sonriente que acostumbras a llevar, sólo entonces, estarás en disposición de conocer la felicidad. Pero para que ese día llegue, empieza por detener tu vida un solo instante, trata de escuchar a tu propio interior y haz hueco para un poco de madurez y realidad, que no te harán ningún mal. Y recuerda, que para recoger, primero hay que sembrar y que la vida y el tiempo, colocan a cada cual en su lugar.

domingo, 8 de junio de 2008