martes, 8 de abril de 2008

La inocencia


Cuánto daría yo, (y pienso que muchos otros también) por recuperar ese brillo en mis ojos...
Es un privilegio con el que cuentan esos angelitos puros de alma, que no conocen los horrores por los que las personas desearían dejar de vivir (un grupo en el que jamás me incluiré).
Sé que hay incontables cosas que valen la pena, y que sin lugar a dudas, más de una vez, han sacudido al mundo.
La pérdida de esa privilegiosa mirada, con esa pureza en el rostro (que con un simple contacto visual, se hace uno mucho más hermoso, que es el de las almas) implica un gran dilema humano: se pierde la sonrisa. No cualquier sonrisa, la sonrisa del alma, esa que hace un ruidito tranquilizante y tierno, que contagia, que ilumina. Esa pérdida es la culpable de los dolores de cualquier tipo, de cualquier gravedad, de todas las tristezas...
Al menos yo necesito mucho de una sonrisa como la que describo para redescubrir mi propia felicidad... y talvez, quién sabe, contagiarme un poco de esa virtud, para poder así hacer feliz a alguien más, regalándole mi sonrisa.
O, por ahí lo mismo, pero con una simple mirada, en la que se persiba tan solo el brillo de los ojos de quien desea hacerle bien... por supuesto, a esa persona.
Y cuando hablo de "hacer feliz a alguien" (cosa que para mi opinión, es muy difícil, pero placentero y hermoso) obviamente me refiero a la persona por la que se siente amor.
No puede quedar afuera.
No puede Nunca, quedar sin importancia.
Y a eso mismo me refiero, cuando digo que hay cosas que hacen palpitar al mundo entero.
Porque aunque las guerras y el dolor, sean algo por lo cual la mayoría ha perdido el asombro, (otro grupo en el que no me incluyo) el amor sigue siendo el sentimiento que prevalece alrededor de todas las cosas.
Y así seguirá siendo por siempre.
En algún punto, creo que el amor nos devuelve ese "no se qué" al mirar, al caminar, al hacer las cosas más simples con la mayor simpleza, y que sin embargo sean de las más hermosas, las que más contentos nos dejan.
Hay cosas que uno (cada uno con sí mismo), no debe permitirse perder: el amor, la sorisa... la inocencia.
M.A.A.

2 comentarios:

Darío C. Carzino dijo...

Tu lo has dicho Marian! A medida que vamos creciendo se va perdiendo cierta inocencia que llevamos y con ella cierta sonrisa naif y mirada acerca del mundo y de las cosas...como la peli que vieron el viernes "Across The Universe" solemos también idealizar muchas cosas hasta que chocamos con la realidad y nos desilusionamos y entritecemos...pero debemos aprender a mantener siempre una mirada con ojos de niño, llena de esperanza y con cierto optimismo y un corazón con ganas de amar y vivir locamente la vida tratando de cumplir nuestros proyectos y disfrutando amor que damos y recibimos. Buen Post poetiza brujita! Continua así!

Unknown dijo...

Vos todavía tenés ese brillo en los ojos. Te volvió. Uno lo pierde si se olvida, si deja que se opaquen. Qué nunca se te opaque la mirada. VOS TENÉS ESE BRILLO AÚN...
Yo quiero seguir teniendolo. Pretendo nunca perderlo. Me gustaría que todos tuvieran el placer de recuperarlo. Todos pueden seguir teniendo ese brillo en la mirada. Te amo (porque no perdiste ese brillo)